Pensaba dedicar la entrada de hoy a un análisis de la gala final, pero visto el poco interés por el concurso las últimas semanas y que estaba todo vendido desde la salida de Adara (incluido que a mitad de la gala final me dormí del aburrimiento), he decidido hacer un análisis del concurso en sí, centrándome sobre todo en los aspectos negativos de esta edición, que no han sido pocos.
Voy a focalizar las críticas, en los que a mi entender, han sido los fallos más graves e imperdonables. Porque creedme, hay muchos aspectos que en este post voy a pasar por alto. Pero sin más rollos, ¡Comencemos!
1. El club. La mecánica más absurda y menos justa en todas las ediciones de Gran Hermano. Un modo de juego pensado para la mayoría de dentro de la casa. Todas las semanas el grupo liderado por Clara tenía a dos (sino eran 3) concursantes dentro de esta sala, lo que hacía que todos los jueves saliesen nominados los mismos, y lo que es peor, no daban la opción al resto de concursantes a hacer sus estrategias y elegir con quién quieren medirse en duelo. Daba igual que Adara y Bárbara se uniesen para dar sus puntos a un compañero, los 3 del club se ponían de acuerdo para subir a otro que les conviniera mucho más.
Y a este punto hay que sumarle los poderes extras del club, donde había jueves que eran obligatorios y otros que eran opcionales. Hecho que muchos seguidores del programa nos quejábamos semana tras semana.
2. Echar gasolina donde ya había fuego. Me hacía mucha gracia llamasen al confesionario a los concursantes para que controlasen su carácter y bajasen los humos, cuando eran desde el propio concurso quienes propiciaban los enfrentamientos con alegatos, contraalegatos, la elección del peor compañero de la semana, etc. De verdad, ya era la edición lo suficiente calentita para que tengáis que meter más mierda. Demasiado gritos, demasiado hartazgo.
3. Saturación del formato. No había suficiente con galas, debates, resúmenes diarios y 24h que este año teníamos también límite 48 horas. Que sí, que en GHVIP3 de Belén Esteban funcionó, pero es que ella y sus compañeros creaban contenido para rellenar tres, cuatro y cinco espacios en la cadena, pero este año más allá de las broncas no había nada más que mostrar. El resultado: se repetían los vídeos varios días. Menos mal que la audiencia somos muy lista y no le dimos la oportunidad a este refrito de los martes.
4. La poca autocrítica de Jorge Javier. Y de verdad que no quería incluir este punto, pero es que me lo pone a huevo. Parecía que a mitad de concurso se estaba haciendo con el programa pero según iba avanzando hacia la recta final se le veía más desgastado y más intransigente con los concursantes que salían de la casa. Me parecía paradójico que el pidiese a los participantes expulsados que analizasen su concurso cuando no habían visto nada del programa, y él, que podía sentarse a ver las cosas desde una perspectiva más lejana siguiese cometiendo los mismos fallos.
Y cuando digo que cometía fallos me refiero: no dejar terminar a los concursantes de hablar y explicarse, hacer las mismas gracietas todas las semanas (¿Sigue Montse en Gran Hermano?... agota), no propiciar el entendimiento entre él y el expulsado, imponer su opinión, anunciar sus funciones de teatro cada dos minutos, etc. Y lo que me parece peor, sus salidas de tono como la expulsión a la amiga de Miguel, donde la chica solo estaba haciendo su cometido, defender a la persona que había confiado en ella.
En definitiva, le ha faltado PASIÓN y le ha sobrado SOBERBIA. Sigo echando de menos al JJ de SV2011.
5. Los movimientos de última hora de los porcentajes. Y sí, es algo que me repatea y me lleva los mil demonios, sigo sin entender cómo durante toda la semana puede haber diferencia de hasta 30 puntos entre el más votado y el segundo, y durante una gala o un debate se igualen las cosas y vayan a la par. Solo encuentro dos explicaciones, o solo vota la gente durante la emisión del programa o lo hacen para que la audiencia se ponga más nerviosa por ver a su favorito en la calle y propiciar así el moto en masa. No tiene otra explicación.
Y sobre todo lo más farfullero en cuanto a este punto, adoptar un medida para cada gala, y con esto me refiero a poner un límite de tiempo diferente para cerrar teléfonos según le conviniese al programa. Había días que estaba dos horas bailando el expulsado y de repente cerraban las líneas (o yo soy muy poco confiado o dime tú si de este modo no elige así el programa quién se va), y otros días daban solo 40 minutos. Por favor, no es tan difícil, un tiempo concreto para cada gala y punto.
Como conclusión, decir que si este año ha fallado el programa ha sido por sus propias acciones, porque el casting era bastante bueno y los concursantes generaban conflictos (aunque también he echado en falta momento de risa y diversión, donde solo Noelia ha estado a la altura). Un poco más de naturalidad y menos momentos preparados hubiese sido muy beneficioso para el programa, que según mi opinión no ha estado a la altura de otras ediciones.
Desde aquí poco más que añadir, felicidades a los naranjos y nos vemos en GHVIP. Un saludo y hasta la próxima.
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